DATOS SOBRE DEVOCIóN ADMIRABLE DE LOS 7 DOLORES QUE MARíA SANTíSIMA SINTIó EN LA VIDA Y MUERTE DE SU AMADíSIMO HIJO REVELADOS

Datos sobre Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo Revelados

Datos sobre Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo Revelados

Blog Article

En conclusión, rezar los 7 Dolores de la Casto María es una actos piadosa que nos acerca a su sufrimiento cariñoso y nos invita a reflexionar sobre el amor y la entrega de Jesús en la cruz. A través de esta oración, somos llamados a unirnos a la Origen de Todopoderoso en su dolor y a implorar su intercesión por nuestras evacuación espirituales y materiales. Por otra parte, rezar los 7 Dolores de la Casto María nos ayuda a memorar que, incluso en medio del sufrimiento, podemos encontrar consuelo y esperanza en la Humor y el apego de Todopoderoso.

Durante este tiempo, puedes meditar en los misterios del Rosario o hacer cualquier otra petición personal a Todopoderoso o a la Virginal María. Recuerda que el Rosario es una oportunidad para sumergirte en la oración y cultivar tu relación con Dios.

Ella ve al Hijo de sus entrañFigura hecho el blanco de todos los oprobios y tormentos: traspasan su corazón los duros golpes de martillo con que clavan sus pies y manos: oye la gritería de un ingrato pueblo, las blasfemias y sarcasmos que contra Él vomitan los judíos: audición con emoción las palabras amargamente tiernas que pronuncia el hocico expirante del Redentor del clase humano: observa que su inicio se inclina por no poder apoyarse a causa de las espinas de que está circuida; que el peso de su cuerpo dilata más y más sus profundas llagas; que su pecho palpita con las ansias de la muerte; que tiemblan convulsos sus miembros; que sus entrañGanador arden en cruelísima sed, y que su espíritu oprimido ni en el inmarcesible Padre halla consuelo.

¡Ah! ¡cómo debisteis pero valorar entonces toda la desarrollo y acerbidad de los dolores que había de sufrir vuestro tierno corazón! ¡cómo visteis sin embargo entonces a vuestro dilectísimo Hijo desangrado y sediento en el ara de la santa cruz, sin poderle dar el mas mínimo lenitivo vuestro cariñoso afecto, sumiso y resignado a los decretos severísimos del imperecedero Padre!

Inmóvil perseveraba la afligida Raíz al pie de la cruz de su inmolado Hijo, y tristemente anhelosa de poderlo quitar del sangriento madero y recogerlo en su adorador seno… Mas ¡ay!, ¡cómo hacerlo, destituida como se hallaba de todo socorro humano!

Meditar los siete Dolores de Nuestra Raíz Santísima es una manera de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.

Al pie de la cruz la Virgen María, perfectamente unida a su Hijo, pudo compartir de modo singular la profundidad del dolor y del inclinación de su sacrifi cio y nadie mejor que Ella puede enseñarnos a galantear la cruz.

Noticiosa la soberana Virgen por el discípulo amado de tan lastimoso espectáculo, vuela en alas de su bienquerencia, y a impulsos de la congojosa amargura que embarga su maternal corazón, al aproximación de su amado Hijo, cruza las calles de Jerusalén, oye a distancia la confusa gritería de un pueblo amotinado, siente el estrépito de las aoraciones armas y el sonido lúgubre de la lamentable trompeta que denuncia como reo de muerte al soberano Autor de la vida.

La liturgia de la celebración de los Dolores de la Casto es de origen Alemán. En 1423 el arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas que los herejes hacían a las imágenes de la Casto Dolorosa y en 1727 el Papa Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia. El hecho de que se celebre el 15 de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos Servitas celebraron en esa día la fiesta de los dolores de la Inmaculado, fiesta que PIO VII extendió a toda la cristiandad en 1814.

Sin duda María es en el paraíso eternamente acertado y no sufre dolor ni tristeza; pero no es insensible, antes acertadamente alienta siempre al aprecio y la piedad para el desgraciado especie humano, a quien fue dada por Madre, cuando dolorosa y llorando, estaba al pie de la cruz. Comprenderán los hombres el lengua de aquellas lágrimas de María?

Esta ejercicio se basa en meditar y rezar sobre los siete dolores que la Madre de Jesús experimentó mientras acompañaba a su Hijo en su camino hacia la redención de la humanidad.

Es por eso, que debemos rezar esta Coronilla de los 7 dolores de la Doncella con mucho inclinación y fervor, y no separarnos nunca de su inclinación cuidadoso.

Tomo la resolución de nunca entregarse tu servicio y de averiguar con todas mis fuerzas, la honra y la salvación que te son debidas.

Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.

Report this page